Ruta al Interior y fondo de La Caldera de Bandama  en Santa Brígida Gran Canaria (16/04/2017)

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Se trata de una caldera de explosión de más de 220 metros de profundidad. El diámetro del borde superior de sus abruptas paredes de rocas fonolíticas, coronadas por aglomerados Roque Nublo, es de unos 1.000 metros y su perímetro supera los 3 kilómetros. El conjunto del Pico (574 msnm) y Caldera de Bandama constituyen un muestrario de enorme valor científico. El Gobierno de Canarias lo catalogó dentro de la extensa Red de Espacios Naturales Protegidos, otorgándole la categoría de Monumento Natural. A su vez, el Instituto Tecnológico Geominero de España lo declaró como punto de interés geológico.

Para acceder al inicio del camino debemos llegar por carretera (GC-802) hasta el Caserío de Bandama, grupo de viviendas, algunas muy antiguas y de muy bella factura, que se localizan sobre el borde noroeste de esta gran depresión.

Por vía asfaltada llegamos hasta un cruce de carreteras, donde se halla el caserío mencionado. Una bifurcación nos aproxima hasta la cima del Pico de Bandama, al que aconsejamos ir primero; la otra, accede hasta el campo de Golf de Bandama y hasta el barrio de La Atalaya. Nuestro punto de partida se encuentra justo en este lugar. Exactamente entre una parada de guaguas y un restaurante nos adentramos en el interior de este grupo de casas, en donde y tras unos escasos 20 metros, vemos la verja de hierro por la que se accede al camino que baja a la caldera.

El sendero no tiene pérdida, pues es evidente a simple vista y no presenta cruces de caminos que nos lleven a confusión. A los pocos metros de nuestra partida, encontramos un excelente mirador en donde se aconseja realizar una parada. A la vista descubrimos grandes taludes que caen por las paredes de esta depresión. Durante la pausa, podemos acercarnos al panel informativo que nos ofrece información detallada sobre el espacio a visitar.

En nuestro descenso, siempre caminando sobre un firme de picón, vamos apreciando algunas muestras de la flora autóctona, como el tajinaste blanco (Echium decaisnei), el incienso canario (Artemisa canariensis), el guaydil (Convolvulus floridusl), el orobal (Withania aristata) o la malva de risco (Lavatera phoenicea), sin olvidar otras especies rupícolas que se adhieren a las rocas que, en ocasiones, bordean nuestro camino.

En 30 minutos llegamos al fondo de la caldera, desde donde podemos conectar con otra senda que la rodea, también, sin pérdida posible. En el extremo sur existe un observatorio de aves (hide), pues es muy variada e interesante la avifauna que habita la zona, en especial cernícalos, búhos chicos, alpispas, capirotes, canarios de monte y pintos, que ofrecen a los amantes de los pájaros un lugar donde disfrutar de su presencia y variados cantos.

Más o menos centrados en el fondo de esta depresión volcánica, existen una antigua casa a˙n habitada, el lagar mencionado y una era, testigo de un pasado ligado a la actividad cerealística. Varios cultivos, gallinas, un burro y algunos frondosos árboles que rodean la vivienda y que ofrecen sombra en los momentos de sosiego tras las tareas del día, engalanan este pequeño entorno, al que aportan un carácter pintoresco.

El ascenso se realiza por el mismo lugar por donde bajamos, aunque como ya se mencionó, supone un esfuerzo mayor y requiere más tiempo -en torno a los 45 minutos o la hora-. En cualquier caso, como se ha dicho, la senda está bien definida y el esfuerzo merece la pena.

Fuente información y leer más : http://www.medianias.org/senderos/es/santa_brigida_34.htm